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¿Tu gato está actuando diferente? Pequeños cambios pueden ser señales importantes

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Un control  veterinario a tiempo para tu mascota puede hacer toda la diferencia en su calidad de vida y bienestar.

En ROYAL CANIN®️ comprendemos que los gatos tienen una naturaleza reservada y, por instinto, tienden a ocultar signos de enfermedad. Esta particularidad los convierte en verdaderos expertos en disimular el malestar, lo que dificulta una detección temprana de problemas de salud. Por eso, observar cambios sutiles en su comportamiento en el hogar y realizar visitas periódicas al médico veterinario son acciones fundamentales para proteger su bienestar.

¿Has notado que tu gato se muestra más callado de lo habitual, se aísla, ha reducido su apetito o ha cambiado sus hábitos de uso del arenero? Aunque puedan parecer detalles menores, estos comportamientos pueden ser señales de alerta de una condición subyacente.

Algunos signos que requieren especial atención incluyen:

  • Cambios en la conducta: agresividad repentina, maullidos persistentes, letargo o deseo de estar solo.
  • Alteraciones en la micción: aumento en la frecuencia urinaria, cambios en el color de la orina o accidentes fuera del arenero.
  • Modificaciones en el pelaje o la piel: caída excesiva, textura anormal del pelo, presencia de costras o heridas que no cicatrizan.
  • Variaciones en el apetito o el peso corporal, tanto aumentos como pérdidas bruscas.
  • Cambios en la movilidad: rigidez, dificultad para saltar o pérdida de interés en el juego.
  • Aumento del consumo de agua o rechazo repentino al alimento habitual. 

“La observación diaria en casa es clave, pero no sustituye las consultas veterinarias regulares. Estas permiten no solo mantener al día el plan de vacunación y desparasitación, sino también realizar estudios preventivos —como análisis de sangre— que pueden detectar enfermedades silenciosas en etapas iniciales”, señala Carolina Figueroa, Scientific Communication & Affairs Manager Latam Seeds de ROYAL CANIN®️.

La International Society of Feline Medicine (ISFM) recomienda adaptar la frecuencia de visitas veterinarias según la etapa de vida del gato:

  • Gatitos (menos de 1 año): entre 3 y 4 visitas para completar su calendario de salud.
  • Gatos adultos (1 a 7 años): al menos una visita anual para chequeos generales y vacunación.
  • Gatos mayores (a partir de los 7 años): dos visitas al año, con controles más específicos. 

Durante el chequeo anual, el médico veterinario realizará una evaluación integral, que puede incluir:

  • Examen físico completo, incluyendo control del peso corporal.
  • Recomendaciones nutricionales personalizadas, en base a su edad, raza y estilo de vida.
  • Cuidado preventivo de la salud bucal.
  • Evaluación del comportamiento y del entorno en el que vive el gato.

Este enfoque, basado en la medicina preventiva, busca anticiparse a los problemas antes de que se manifiesten, promoviendo así una vida más larga, saludable y plena para los compañeros felinos.

En ese sentido, la experta hace un llamado a siempre pensar en la medicina preventiva, “no esperes a que los signos sean evidentes. Un control veterinario a tiempo puede marcar la diferencia”. 

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