Salud

Cirugía de Reasignación de Sexo: Qué es y qué importancia tiene la medicina transgénero

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El Mes del Orgullo es una oportunidad para tomar conciencia sobre las comunidades LGBTQIA+ en formas tales como el cuidado médico de las personas transgénero.

Es un momento también para romper estigmas: Si bien la Cirugía de Reasignación de Sexo no es universal para toda persona trans, sí es necesario para muchas personas en su proceso de transición.

El 28 de junio se celebrará el Día Internacional del Orgullo LGBTQIA+, conmemorando los disturbios de Stonewall de 1969 en Nueva York. De forma similar al Día de la Mujer en marzo, el Día del Orgullo se considera un día de observación, tanto de la historia por la lucha de derechos, como la situación actual de la comunidad queer.

Un ejemplo de esto es la comprensión y el apoyo a las personas transgénero. En caso de la comunidad médica, cobra relevancia el debate sobre la Terapia de Transición de Género en general y la Cirugía de Reasignación de Sexo en particular. Esta última siendo un tema aún envuelto en dudas y prejuicios.

El doctor Anibal Paredes, ginecólogo de Cordillera Interclínica, ayuda a entender la discusión. “Las cirugías de transición buscan ayudar a los pacientes a alinear su físico con su identidad de género y varían significativamente entre la transición masculina a femenina (MTF) y femenina a masculina (FTM).” Sobre esto último, el especialista precisa que “ambos tipos de cirugías buscan reafirmar el género del paciente, pero los procedimientos y técnicas específicas difieren considerablemente.”

En el caso de las mujeres trans (transición masculina a femenina), la cirugía de reasignación de sexo incluye procedimientos como la vaginoplastia, y puede también incluir la mamoplastia de aumento, la cirugía facial de feminización, y la traquealización (reducción de la manzana de Adán).

Mientras que para los hombres trans (transición femenina a masculina), el procedimiento incluye la mastectomía bilateral (eliminación del tejido mamario), la metoidioplastia o faloplastia (creación de un neofalo), y la histerectomía (extracción del útero).

En ambos casos, antes de acceder al procedimiento, hay un periodo de evaluación del paciente. Según el doctor Paredes, “el primer paso es una evaluación psicológica y psiquiátrica completa, ya que es esencial asegurar que el o la paciente esté preparado/a emocional y mentalmente para el proceso,” explica el ginecólogo, precisando que esto no es un indicativo de una enfermedad mental, sino una medida de apoyo y preparación.

Esta evaluación suele realizarse siguiendo las directrices de la Asociación Mundial Profesional para la Salud Transgénero (WPATH) y sus Estándares de Atención y, una vez aprobado el procedimiento, los pacientes pueden iniciar terapia hormonal bajo supervisión médica. “El momento en que los pacientes llegan a mi consulta como ginecólogo obstetra puede variar, pero a menudo ocurre después de haber comenzado la terapia hormonal y cuando se encuentran en la etapa de planificación para la cirugía.”

El doctor Paredes hace un punto sobre la necesidad imperativa de informar debidamente a sus pacientes. “Las cirugías de transición son procedimientos mayores y conllevan riesgos como cualquier otro procedimiento quirúrgico significativo. Por ello, hay que seguir todas las recomendaciones postoperatorias y asistir a todas las citas de seguimiento.” Para el ginecólogo, “lo más desafiante ha sido asegurarme de que cada paciente reciba un cuidado personalizado y de alta calidad, respetando sus necesidades individuales y sus procesos únicos.”

Sin embargo, también señala que en los últimos años, ha habido un avance significativo, tanto en la aceptación social como médica de las cirugías de transición. “La educación y la visibilidad han jugado un papel crucial en la reducción del estigma,” agrega. “Además, las guías internacionales como las de WPATH han ayudado a establecer estándares de cuidado que aseguran un enfoque respetuoso y basado en la evidencia.”

Finalmente, el doctor Paredes recalca la necesidad de siempre consultar con profesionales experimentados primero. “Es importante tener expectativas realistas y comprender que la transición es un proceso continuo que va más allá de la cirugía.” También habla de la necesidad de contar con una red de apoyo durante todo el proceso, ya sea amigos, familiares, o grupos de apoyo. Siempre priorizando el bienestar mental y emocional.

“Los familiares y amigos pueden ofrecer un gran apoyo siendo comprensivos, pacientes, y educándose sobre el proceso de transición,” explica el ginecólogo. “Oír sin juzgar y estar disponibles para ayudar con las necesidades prácticas y emocionales puede hacer una gran diferencia.”

“Se debe reconocer y respetar la identidad de la persona y apoyar sus decisiones a lo largo del proceso,” cierra el especialista.

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