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¡Estos beneficios cambiarán tu forma de ver la actividad física!
Algunas actividades forman parte de nuestra rutina de manera automática, como comer, dormir, cepillarnos los dientes o ducharnos. Sin embargo, el ejercicio físico aún no ocupa ese espacio en la vida de muchas personas, aunque debería, ya que sus beneficios van mucho más allá de la estética.
Cuando nos ejercitamos, nuestro cuerpo experimenta diversos procesos que impactan
directamente en la salud y el bienestar. A propósito del Día Mundial del Fitness, que se celebra
el 6 de abril, descubre cuáles son y replantea tu relación con la actividad física.
- Estimula la producción de mitocondrias
El ejercicio físico promueve la biogénesis mitocondrial, es decir, la formación de nuevas
mitocondrias dentro de las células, que son las encargadas de generar energía. Este proceso es
fundamental para la salud, la longevidad y el bienestar. “Además de mejorar la resistencia
muscular y acelerar la recuperación post-entrenamiento, el aumento de mitocondrias también
retrasa procesos degenerativos y prolonga la salud celular, según un estudio publicado en la
revista Biology”, señala el doctor Carlos Ulloa, especialista en Medicina del Deporte y Actividad
Física y miembro del Consejo Consultivo de Nutricionistas de Herbalife.
- Mejora la captación de glucosa en la sangre
Durante la actividad física, los músculos absorben más azúcar del torrente sanguíneo, lo que
ayuda a regular los niveles de glucosa y a prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2. “Un
estudio publicado en Diabetes Care muestra que combinar ejercicios aeróbicos con
entrenamiento de fuerza mejora la sensibilidad a la insulina y ayuda a reducir la glucosa en
personas con esta condición”, añade el profesional.
- Estimula la producción de neurotransmisores
El ejercicio también estimula la liberación de sustancias que mejoran el estado de ánimo y
reducen el estrés y la ansiedad, como las endorfinas, la dopamina y la serotonina. Estas
sustancias contribuyen a un mayor bienestar mental y a un sueño más reparador.
- Mejora la plasticidad neuronal y la cognición
La actividad física ha sido vinculada con mejoras significativas en la función cognitiva y en la
estructura cerebral. Estudios como el publicado en Journal of Psychiatric Research indican que
la práctica regular de ejercicio promueve la plasticidad neuronal, un proceso que permite la
adaptación del cerebro a nuevas experiencias. Esto incluye un aumento del flujo sanguíneo
cerebral, mayor liberación de neurotransmisores y niveles elevados de factores neurotróficos,
que favorecen la neurogénesis y la creación de nuevas conexiones sinápticas. “En la práctica,
hacer ejercicio ayuda a prevenir el deterioro cognitivo y enfermedades como la demencia”,
destaca el doctor Carlos Ulloa.
- Fortalece los huesos
El ejercicio regular también es clave en la prevención y tratamiento de la osteoporosis. Según
estudios, actividades de impacto leve a moderado, como caminar o entrenamientos de fuerza, estimulan la formación de osteoblastos (células que generan hueso) y reducen la actividad de los osteoclastos (células que degradan el hueso). “Incluso quienes comienzan a entrenar fuerza a partir de los 30 años pueden mejorar la densidad ósea a largo plazo y prevenir la osteoporosis, especialmente en mujeres”, agrega el especialista en Medicina del Deporte.
- Refuerza el sistema inmunológico
El ejercicio regular fortalece el sistema inmune al mejorar la circulación de células de defensa,
como los linfocitos y macrófagos, lo que permite una respuesta más rápida contra virus y
bacterias. Además, el aumento del flujo sanguíneo en el tracto gastrointestinal favorece el
equilibrio de la microbiota intestinal, beneficiando la inmunidad.
El ejercicio también reduce la inflamación crónica al regular la producción de citocinas,
moléculas esenciales para la respuesta inmune, y ayuda a controlar los niveles de cortisol, la
hormona del estrés que, en exceso, puede debilitar el sistema inmunológico. “Pero el
equilibrio es clave: mientras la actividad física moderada fortalece las defensas del organismo,
el exceso sin el descanso adecuado puede aumentar el riesgo de infecciones. Mantener una
rutina activa, combinada con una alimentación saludable y un buen descanso, es la mejor
estrategia para fortalecer el sistema inmunológico y proteger la salud”.
- Aumenta la fuerza y la masa muscular
El entrenamiento de resistencia estimula la hipertrofia muscular al aumentar la síntesis de
proteínas, un proceso clave para la recuperación y el fortalecimiento de las fibras musculares.
Como respuesta al esfuerzo, los músculos se vuelven más fuertes, resistentes y preparados
para mayores desafíos. Este efecto se potencia con una ingesta adecuada de proteínas en la
dieta. “Este proceso es fundamental para mantener la fuerza y la independencia en las
actividades diarias a medida que envejecemos, como sentarnos, subir escaleras, agacharnos y
jugar con los hijos y nietos”, concluye el doctor Carlos Ulloa.
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