¿Exceso de sueño, antojos, aumento de peso y cansancio? Podrías tener Trastorno Afectivo Estacional

Insomnio en verano, exceso de sueño en invierno: los cambios estacionales pueden afectar significativamente nuestro estado de ánimo. La Dra. Nathali Ángel Pereira, psiquiatra de Clínica INDISA, explica cómo identificar el Trastorno Afectivo Estacional (TAE) y qué medidas tomar para cuidar nuestra salud mental.
El Trastorno Afectivo Estacional (TAE) es un tipo de depresión caracterizada por un patrón estacional recurrente. Según el Instituto Nacional de la Salud Mental de Estados Unidos, este surge como respuesta del cerebro a la disminución de luz y su impacto en el sistema hormonal.
La luz solar es fundamental en la regulación de cambios hormonales y neurotransmisores, por lo que cuando baja nuestra exposición a ella, los niveles de serotonina se reducen, afectando el sueño, la alimentación y las rutinas sociales.
Síntomas según la estación
Según la Clínica Mayo, el TAE se manifiesta de manera diferente según la época del año.
En otoño e invierno:
- Exceso de sueño.
- Cambios de apetito, especialmente un antojo por consumir alimentos ricos en hidratos de carbono.
- Aumento de peso.
- Cansancio o falta de energía.
En verano y primavera:
- Insomnio.
- Falta de apetito y/o pérdida de peso.
- Sentirse inquieto, agitado y/o ansiedad.
- Experimentar episodios de conducta violenta.
“Es importante distinguir entre fluctuaciones normales del ánimo y un trastorno que requiere atención”, explica la Dra. Nathali Ángel, psiquiatra de Clínica INDISA. “Cuando hay depresión o enfermedad del ánimo mayor, los síntomas se mantienen por varios días, la intensidad es mayor y compromete funcionalmente a la persona, es decir deja de hacer las cosas que hacía habitualmente”, añade.
Factores de riesgo
El TAE tiene un origen multifactorial que combina aspectos ambientales como el clima, la latitud y factores socioculturales, junto con predisposiciones genéticas. También influyen condiciones preexistentes, como la depresión o el trastorno bipolar, y los niveles bajos de vitamina D.
La Dra. Ángel enfatiza: “Si hay antecedentes familiares de trastornos mentales y las fluctuaciones del ánimo son muy recurrentes, es importante consultar al médico para descartar trastornos mayores”.
Prevención y manejo del TAE
Si bien no es posible evitar completamente el Trastorno Afectivo Estacional podemos prepararnos para manejar mejor su impacto. “Hay que escucharse más”, recomienda la Dra. Nathali Ángel. “De repente estamos tan metidos en nuestros quehaceres diarios que no nos damos la oportunidad de escuchar nuestro cuerpo. Es importante revisar nuestros niveles de vitamina D, ya que a veces el sol no es suficiente para suplir esta necesidad que tiene mucho que ver con nuestra energía y ánimo”, puntualiza.
La especialista menciona señales claves que indican cuándo buscar ayuda profesional: “Es preocupante cuando los síntomas son tan intensos que se pierden la mayoría de las actividades, incluso cocinar, hacer las compras o mantener una vida social activa. La anhedonia, o dificultad para disfrutar, es un síntoma cardinal que altera intensamente la calidad de vida”.
Para mantener un bienestar integral es fundamental:
- Dedicar tiempo a actividades placenteras.
- Asegurar la exposición regular a la luz solar.
- Mantener vínculos activos con familia y amigos.
- Seguir una alimentación saludable, controlando especialmente el consumo de azúcar.
- Realizar ejercicio de manera regular.
Cuando las medidas preventivas no son suficientes, los especialistas cuentan con diversos tratamientos efectivos que incluyen la fototerapia (terapia con luz), psicoterapia, tratamiento farmacológico y suplementación con vitamina D. La Dra. Nathali Ángel enfatiza que ante cualquier duda es mejor consultar, ya que siempre se descartan problemas médicos como trastornos de tiroides, anemia o hipovitaminosis D antes de diagnosticar una depresión.
En Clínica INDISA, contamos con un equipo especializado preparado para detectar y tratar el TAE de manera oportuna, acompañándote durante todo el proceso de recuperación.