La obesidad es un importante factor de riesgo para una serie de enfermedades, incluyendo las que afectan al corazón. Por eso es importante entender cuál es el peligro, y qué se puede hacer para evitarlo.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, hace dos años, una de cada ocho personas eran obesas. En Chile, un 39,8% de la población tenía sobrepeso, 31,2% obesidad y un 3,2% obesidad mórbida, según la más reciente Encuesta Nacional de Salud (2017).
La situación es compleja porque la obesidad es un importante factor de riesgo para una serie de enfermedades, entre ellas aquellas relacionadas con el corazón. Esto cobra más importancia en un país donde cerca de un tercio de la población muere como consecuencia de patologías cardiovasculares, según el Ministerio de Salud.
Según comenta el doctor Dalí Youseff, cirujano bariátrico de Clínica Tarapacá, el exceso de peso corporal, en especial cuando se acumula alrededor del abdomen, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar patologías cardiovasculares. “Entre ellas, se cuentan hipertensión arterial, enfermedad arterial periférica y coronaria, insuficiencia cardiaca y accidentes cerebrovasculares”, señala.
Las razones son variadas: la obesidad puede provocar disfunciones en el metabolismo, elevar los índices de colesterol y triglicéridos en sangre. Además de propiciar condiciones como la resistencia a la insulina y diabetes tipo 2, lo que contribuye a la inflamación crónica del organismo y al daño en las paredes de los vasos sanguíneos, precisa el especialista.
“Se estima que el exceso de peso colabora con la acumulación de placa en las arterias, eleva la presión, favorece el estrechamiento de los vasos y ejerce una carga extra sobre el corazón”, dice el cirujano bariátrico. También añade que este acopio en las arterias puede provocar una reducción en el flujo sanguíneo que recibe el corazón, elevando el riesgo de sufrir infarto al miocardio.
“Por todas estas razones, mantener el peso en niveles saludables es fundamental para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cuidar la salud del corazón”, precisa.
Peso corporal saludable
Muchas veces el peso corporal se relaciona sólo con un tema estético. Sin embargo, su importancia en el bienestar va mucho más allá de la imagen. De acuerdo con el doctor Youseff, es necesario propiciar un estilo de vida saludable, que incluya una nutrición equilibrada, la realización de ejercicio físico y controles periódicos con el especialista.
Para quienes sufren de obesidad y han sido informados por su médico sobre el riesgo de problemas cardíacos, la recomendación es abordar su situación desde una perspectiva integral, que permita mejorar la salud del corazón y el bienestar general. “El control del sobrepeso, independiente de la razón por la cual el médico lo recomiende, requiere de un compromiso a largo plazo del paciente para mantener un estilo de vida sano, además del apoyo del círculo cercano y un tratamiento multidisciplinario, ya que los problemas de peso tienen muchos síntomas y expresiones físicas, mentales y emocionales”, asevera el especialista.
En el caso de la dieta, se deben privilegiar los alimentos frescos y nutritivos, reduciendo la cantidad de elementos tóxicos, como procesados y alcohol. “También, es necesario aumentar la actividad física y, por supuesto, seguir las recomendaciones y tratamiento indicado por el cardiólogo para hacer frente a la patología diagnosticada”, agrega.
Tratamiento especializado: Cirugía bariátrica
La cirugía bariátrica es una de las opciones válidas para el tratamiento de la obesidad, más aún, la herramienta más eficiente, segura y efectiva a largo plazo en casos de obesidad mórbida o mega obesidad, indica el doctor Youseff. Mediante procedimientos restrictivos, cuyos mecanismos se explican en restringir la ingesta, permite limitar la cantidad de alimentos que el estómago puede contener, además de disminuir la disponibilidad de los nutrientes por redirigir al tránsito digestivo, culminando en asimilar menos el aporte calórico para el organismo.
Se recomienda para pacientes con un índice de masa corporal (IMC) igual o mayor a 40 y quienes superan el IMC 35, pero tienen comorbilidades relacionadas con la obesidad, como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular, apnea del sueño, o el trastorno psico-emocional asociado a la obesidad, y que no han logrado perder peso de forma efectiva con métodos más tradicionales, como medicamentos y cambios de estilo de vida. También aplica para aquellos que su IMC es menor a 35% (entre 30-35%) que son
Diabéticos tipo II.
“La cirugía bariátrica puede mejorar en forma significativa la salud y calidad de vida de las personas, colaborando con una pérdida de peso de forma sostenida”, comenta el doctor Dalí Youseff.
Sin embargo, también agrega que no se trata de una solución mágica, sino que requiere de un enorme compromiso del paciente, “acompañado de un equipo médico especializado con conocimiento y tecnología, como el que tenemos disponible en Clínica Tarapacá, que lo informe sobre los riesgos y beneficios, y lo acompañe una vez tomada la decisión”, concluye.